De hecho tantos que toda la potencia eléctrica de nuestro país podría estar instalada en ellos. Eso nos dice un estudio del Observatorio de Sostenibilidad, como hemos podido ver en diferentes medios. El estudio puedes verlo aquí.
Sabido es que desde este blog denunciamos la política de instalar grandes plantas fotovoltaicas. Esta práctica hipoteca enormes extensiones de terreno natural. Lo lógico sería utilizar los tejados (y otras superficies artificiales). Sin embrago, lejos de esto, sólo contamos con 10.000 tejados solares, 150 veces menos que, por ejemplo, Alemania, que cuenta con 1,5 millones.
Toda nuestra potencia eléctrica podría provenir de nuestros tejados, sin embargo, España cuenta con sólo un tejado por cada 150 de Alemania mientras proliferan las mega-plantas en el medio natural.
La instalación de pequeñas y medianas instalaciones fotovoltaicas en las cubiertas de nuestros edificios no sólo nos permitiría respetar el espacio natural sino que, además, genera más empleo local y ayuda a la red eléctrica a ser más eficiente y gestionable.
¿Por qué entonces proliferan las mega-plantas fotovoltaicas en nuestro país? La respuesta es muy sencilla: las que respaldan la construcción de estas plantas son fondos de capital, bancos o grandes corporaciones energéticas, cuyo único interés es la rentabilidad (económica) de su inversión.
Para que la rentabilidad económica no sea el único parámetro a tener en cuenta tenemos a nuestros gobernantes. Pero aquí tenemos un problema: la grandes plantas fotovoltaicas suponen una buena fuente de ingresos para los pequeños ayuntamientos (muchos de ellos asfixiados económicamente) vía impuestos de obras (o sea, inmediatos) e IAE.
Muchos consistorios están dilapidando el patrimonio natural de sus vecinos prometiendoles grandes inversiones, lo cual es falso pues la mayor parte de ese dinero va a parar a otros países o regiones, ya que el grueso del capital invertido se lo lleva la compra de los paneles (principalmente chinos), otros equipos electrónicos y los soportes. Otra promesa falsa es la creación de mucho empleo local, puesto que los montadores suelen venir de otros lugares, las obras duran pocos meses y el empleo fijo posterior es ínfimo (una mega-planta tipo, de 50 Mw, prevé unos gastos de mantenimiento de unos 30.000€/año ¿cuántos empleos se pueden mantener con esa cantidad?)
Nos cuenten lo que nos cuenten, la realidad es que la mayoría de los ingresos los percibirán los ayuntamientos y los propietarios de grandes terrenos.
La construcción de las mega-plantas sólo beneficia a unos pocos, los tejados solares a todos.
Tenemos delante la venta (otra más) del patrimonio de todos para unos pocos. Un claro ejemplo es lo que se pretende hacer con el Valle de Alcudia (Ciudad Real), un precioso entorno natural, prácticamente inalterado durante siglos y con categoría de Parque Natural, en el que se proyectan instalar paneles suficientes como para generar la misma potencia que una central nuclear. Esto son casi 3.000 hectáreas, o lo que es lo mismo, casi 4.000 campos de fútbol.
Con el “impuesto al sol” ya hicimos el ridículo ante el mundo tomando el camino contrario al lógico y que tomaron los países más avanzados. Ahora, si no cambiamos el rumbo, vamos a hacer una transición energética “a la española”, volviendo a perder la oportunidad de hacer las cosas bien. Y sabemos que las podemos hacer bien, porque tenemos tejados suficientes y porque estamos viendo que en otros países esta práctica es un éxito, como en Alemania, Italia, Gran Bretaña, Australia, Japón o California.
Llevamos décadas de errores en materia de planificación energética, esta transición puede suponer una enmienda o sacarnos los colores del todo.
Cambiar de modelo energético no es simplemente cambiar las energías sucias por energías renovables. Si tú también quieres una transición real, eficiente y justa infórmate de nuestro proyecto en www.coompensamos.es.