¿O, en castellano, de la información engañosa sobre la sostenibilidad de las empresas?.
Al igual que las empresas tabaqueras ocultaron los perjuicios del tabaco en la salud durante décadas, esta misma práctica es muy habitual entre las compañías con peor reputación ambiental, como las petroleras u otras energéticas, con respecto a su compromiso con el Medio Ambiente y sus efectos contaminantes. Esto es lo que llamamos «greenwashing».
En esta nueva era, con una población mucho más consciente y la mirada puesta en las emisiones de CO2 y metano, estas compañías continúan esta práctica vendiéndonos sus escasas (y en ocasiones desacertadas) contribuciones en energías renovables como si fueran el eje de la empresa mientras ocultan la realidad del grueso de su actividad.
Compañías de ciertos sectores maquillan su actividad desde hace décadas.
Un claro ejemplo lo hemos podido ver en Repsol en los dos últimos meses de 2021. Las tres informaciones que expongo a continuación son totalmente coincidentes en el tiempo: en el folleto de una actividad con jóvenes (ver imagen más abajo) presentan un mundo verde y única e idílicamente movido por energía eólica y solar, pero por otro lado, como se muestra en la noticia que pueden ver aquí, abogan por el uso de carbón y fuel oil en la producción de electricidad en España (lo que supondría un salto atrás (y de gigante) en el control de las emisiones de nuestro sistema eléctrico) y, además, como podemos comprobar en esta otra publicación, continúan sus prospecciones de petróleo para extraerlo y seguir contribuyendo con más y más emisiones…que es al fin y al cabo lo que llevan haciendo durante décadas y lo que supone la gran parte de su negocio.

Pero no son los únicos, más peligroso aún es la enorme avalancha de greenwashing que se nos viene encima como un tsunami. Una multitud de compañías, en especial las de los sectores más responsables de los gases de efecto invernadero, pero también las de los que no son tan dañinos, se han lanzado a mandar mensajes sobre sostenibilidad que poco o nada tienen que ver con la realidad o que suponen un engaño con respecto a lo que aseguran conseguir.
Estamos ante un tsunami de greenwashing masivo.
Para ejemplo sirva un botón: aquí puedes ver la publicidad de AENA con el lema: «Aeropuertos, listos, ya, sostenibles, listos. ya».
Si una empresa de uno de los sectores que más contribuye a la emisión de GEIs (por sí solo emite en torno al 8% de estos gases), que no está haciendo prácticamente ningún movimiento por disminuirlas (bastaría con eliminar o disminuir los trayectos que pueden ser sustituidos por tren para conseguir una disminución muy importante), que tiene visos de ser uno de los sectores más complicados de encajar en una sociedad con cero emisiones y que, de hacerlo, será muy probablemente a costa de sobreexplotar las energías renovables ya, de motu propio y sin hacer nada para cambiar se erige como sostenible…¿qué es lo que nos espera por oír?
Esto no beneficia nada al camino que queremos seguir. En su día, las autoridades tuvieron que adoptar la medida de obligar a las tabaqueras a exponer de manera fehaciente los riesgos del consumo de tabaco para que la población dejase de estar sometida a su desinformación y esto tuvo un gran efecto en la lucha contra el tabaquismo. ¿Por qué no tomar la misma medida en cuanto a la actividad real de las empresas más contaminantes? ¿Por qué no incluir en cada surtidor, en cada billete de avión, en cada factura de electricidad un mensaje con la consecuencia ambiental global real de la actividad de esa empresa?
Se me ocurre que puede ser la única manera de luchar contra tal desinformación. De la misma manera que les ayudamos económicamente a realizar la transición, considero justo que les exijamos ser veraces en la información sobre su actividad.
Pero no nos quedemos en las grandes contaminadoras, la etiqueta «sostenible» se está vendiendo muy barata. Debería existir un organismo que controle la publicidad engañosa en todos los sectores. Una de las herramientas más potentes para la transición es que el mercado premie a las empresas y organismos que más nos ayuden a cuidar el planeta. Y para ello es imprescindible contar con una información correcta.
Mientras tanto, Homoconsciens intentará poner luz en las sombras.
Homoconsciens, por una transición eficaz, real y justa.